Los revisionistas parten de negar la premisa básica de nuestra época: que las fuerzas productivas han dejado de crecer.
Marx dice que un régimen social debe desaparecer, cuando las fuerzas de producción (la técnica, el poder del hombre sobre la naturaleza) no pueden ya desenvolverse en los límites de ese régimen. Cuando estas condiciones están presentes, se dan las premisas básicas para cambiar el viejo orden social por uno nuevo.
Para el marxismo revolucionario, en nuestra época, estas condiciones históricas se dan a partir de 1914, cuando el capitalismo entra en su época de decadencia, abriéndose la época imperialista. Las distintas corrientes oportunistas que usurpan el nombre del trotskismo revisan la premisa de que las fuerzas productivas están en decadencia. Los revisionistas de todo pelaje que niegan así el carácter de la época imperialista rechazan que las condiciones objetivas para la revolución proletaria estén maduras, justificación en la que basan su abandonó a la lucha por la revolución socialista como tarea inmediata de la clase obrera mundial contra la barbarie capitalista. Como plantea el Programa de Transición, las condiciones para la revolución están más que maduras bajo la fase imperialista del capitalismo, y por lo tanto, que “la crisis histórica de la humanidad se reduce a la crisis de su dirección revolucionaria”. Premisa que han desechado aquellas corrientes que han renegado del marxismo revolucionario.
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Los revisionistas parten de negar la premisa básica de nuestra época: que las fuerzas productivas han dejado de crecer.
Marx dice que un régimen social debe desaparecer, cuando las fuerzas de producción (la técnica, el poder del hombre sobre la naturaleza) no pueden ya desenvolverse en los límites de ese régimen. Cuando estas condiciones están presentes, se dan las premisas básicas para cambiar el viejo orden social por uno nuevo.
Para el marxismo revolucionario, en nuestra época, estas condiciones históricas se dan a partir de 1914, cuando el capitalismo entra en su época de decadencia, abriéndose la época imperialista. Las distintas corrientes oportunistas que usurpan el nombre del trotskismo revisan la premisa de que las fuerzas productivas están en decadencia. Los revisionistas de todo pelaje que niegan así el carácter de la época imperialista rechazan que las condiciones objetivas para la revolución proletaria estén maduras, justificación en la que basan su abandonó a la lucha por la revolución socialista como tarea inmediata de la clase obrera mundial contra la barbarie capitalista. Como plantea el Programa de Transición, las condiciones para la revolución están más que maduras bajo la fase imperialista del capitalismo, y por lo tanto, que “la crisis histórica de la humanidad se reduce a la crisis de su dirección revolucionaria”. Premisa que han desechado aquellas corrientes que han renegado del marxismo revolucionario.
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